No eres este cuerpo... ¡Eres Dios!
- Jaishankar
- 31 ene 2017
- 4 Min. de lectura
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DESPIERTA DE NUEVO
¿Quién soy? ¿A caso he nacido solamente para experimentar y al cabo de "un rato" morir?
Éstas son tal vez algunas de las preguntas que todos nos hacíamos cuando eramos niños, cuando la vida parecía ir más despacio, sin preocupaciones ni ataduras...
De pequeños, muchos, nos preguntábamos más de lo que lo hacemos ahora que hemos crecido, y nos decíamos a nosotros mismos "yo existo, pero sé que soy algo más que mi mente". Tal vez no lo hacíamos con estas mismas palabras, pero seguro que, fuese cual fuese la formulación, ratificábamos nuestra existencia con algo más que nuestro cuerpo.
Es hora de despertar, y de volver a casa. Seguramente te preguntarás dónde, pues muy bien, te lo voy a revelar...
DE VUELTA AL HOGAR QUERIDO, DE RETORNO A NUESTRO VERDADERO E INFINITO "YO"
Este universo no es lo que parece. La ciencia no para de insistir en que todo tiene una explicación racional, y sí, así es, sin embargo, el hombre no puede comprender algunos hechos sin atenerse antes a la base espiritual, la cual también es racional y científica.
El lugar en el que nosotros residimos es el universo, tal vez "multiverso", y éste no es más que una parte de la gran Mente Cósmica.
Muchos ven a Dios como una figura, tal vez humanoide, o en cualquier caso como una energía que pueden expresar en sus mentes. Esto no es correcto, desde el punto de vista del ancestral Tantra (ciencia con más de 7000 años, introducida por Shiva, quién es un personaje histórico comprobable), Dios no tiene forma, no tiene ningún "atributo", es completamente inimaginable e indescriptible.
Sin embargo, sí podemos afirmar que se trata, en palabras más bien burdas, de una gran mente, una mente que lo abarca todo, de la cuál todo emerge y nada sale. Todo es El, y de El nada se escapa. Entonces dime, ¿eres tu Dios ahora?
En el principio tu "alma" estaba inmersa en la gran mente cósmica, eras uno con Dios, sin embargo, en el gran juego divino (Prema Liila, en sánscrito), una parte de Dios quiso "desdoblarse" para poder jugar consigo mismo. Es decir, Dios busca a encontrarse a sí mismo una y otra vez.
Tu alma "salió" de ese estado de perfección sin atributos y empezó lo que en sánscrito llaman "Brahmacakra", o ciclo de la vida. En los primeros momentos fuiste partícula, tal vez más tarde algún tipo de material sólido, seguidamente planta y después animal... Hasta llegar a éste cuerpo humano, no sin antes haber transcurrido millones de años y diferentes vidas.
Ahora bien, te estarás preguntando que pasa ahora, no que pudo haber pasado. Muy bien, vamos a la cuestión.
ERES DIOS, Y DEBES ACEPTARLO, ES TU DERECHO DE NACIMIENTO
Ahora estás aquí, y tienes un cuerpo y una mente, pero éstos no son "tu".
Tu verdadero "yo" está escondido en tu interior, es lo que llamamos el "atman", o alma, la cual es infinita, incorruptible, inmutable y verdaderamente divina.
Es verdaderamente divina porque es Dios en estado puro, es esa parte de la gran mente cósmica que se desdobló en el pasado (aunque el tiempo es una ilusión macabra).
Hablando de ilusiones, podemos también decir que la vida es también una gran ilusión, tal vez macabra. Ahora mismo estás en "maya" (es como la matrix), y de ella nada escapa si verdaderamente no se lo trabaja duro.
Para Dios todo es interno, nada es externo. Pero para ti todo es dual, tienes lo externo y lo interno, tienes el mundo y tienes tu mente. Dios todo lo piensa, todo lo que ves y lo que no ves, todo lo que imaginas y lo que dejas de imaginar... Hasta tu más secreto pensamiento es atestiguado por su "gran ojo".
Es decir, todo es materia mental, con apariencia física, aunque al fin y al cabo mental. Por lo cuál, éstas barreras físicas también son traspasables, no son infinitas.
Tu no eres "tu", eres "EL" escondido en una coraza creada por El mismo...
ENTONCES, ¿CUAL ES LA META DE LA VIDA?
La meta de la vida es muy simple, pero requiere mucho esfuerzo, tal vez es lo más difícil que existe.
El fin por el que existimos es fundirnos de nuevo en Dios, sumergir otra vez nuestra alma en la gran mente cósmica y volver a ser infinitos.
Para ello uno debe establecerse en la espiritualidad, jamás en la superstición y cultos externos, si no en la introspección. A través de la práctica regular de meditación, la cual iremos introduciendo en este Blog, uno puede romper ese "muro" que existe entre el ego y el infinito, y por ende, fundirse en Dios.
CONCLUSIÓN
Uno debe pensar como cuando era niño, volver a esa maravillosa curiosidad que hacía de nuestras vidas algo mucho más interesante. Además, uno nunca debe olvidar que es "divino", que su verdadero "yo" no tiene limitaciones, ni mentales ni físicas, pues se trata de Dios mismo.
Todos seremos de nuevo victoriosos, y aunque el mundo externo pueda parecernos limitado, debemos recordar siempre el significado de este Mantra: "BABA NAM KEVALAM" (Solamante la vibración del Padre, todo es amor infinito, todo es su "nombre".
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