Descubre los beneficios del ayuno... Purifica tu cuerpo y mente
- Jaishankar
- 6 feb 2017
- 5 Min. de lectura
ENERGÍA VITAL
Nuestro cuerpo es una máquina perfecta, está diseñada para funcionar a nuestro favor...
Este buen funcionamiento depende de varios factores, entre ellos la alimentación, el sueño, la actividad física, el equilibrio psicológico... El equilibrio físico depende también, en gran medida, del auto control que ejerzamos sobre nosotros mismos a la hora de realizar según que actividades, así como también del control que ejerzamos sobre nuestra mente.
Sin embargo, hay una sustancia muy poderosa en nuestro interior. Esta sustancia es llamada “Shukra”. Ésta es la transformación final, mediante un proceso bio-energético, de la Linfa Vital, también llamada “Pranarasa”.
El Shukra, es descrito como una sustancia líquida con un alto potencial energético, el cuál, en el Tantra, es llamdo Prana (energía vital). Esta sustancia, se forma en la médula ósea y en los meridianos linfáticos, y por ende, participa en la formación de glóbulos blancos de las células inmunológicas y en la formación de los espermatozoides y óvulos con el correspondiente fluido seminal.
Este Shukra, o energía vital, es un alimento para el cerebro, ya que nuestro sistema nervioso y sus correspondientes células necesitan un alimento bio-energético refinado. Esta sustancia es el alimento ideal para sustituir la pérdida energética de nuestras neuronas.
Además, podemos afirmar, que nuestra sustancia mental está formada por el ectoplasma y sus partículas, las cuales son más sutiles que que el factor etéreo. Este ectoplasma es el resultado directo del Shukra, mediante procesos de “choque” psíquico-físicos.
Estos choques son de tres tipos. Existen los choques físicos, los cuales son causados por factores externos cómo la dificultad ambiental, las enfermedades... En segundo lugar los choques psíquicos, cómo por ejemplo la educación o las relaciones interculturales. Y en último lugar el choque producido por la atracción hacia la Conciencia Suprema (Dios). Éste último choque solo se produce cuando existe la práctica psíco-espiritual (meditación).
Esta sustancia es de vital importancia para quienes siguen, o quieren seguir, un camino espiritual. Pues en gran medida, la devoción y evolución espiritual, dependerán de la cantidad de Shukra y de ectoplasma, que uno posea.
PRESERVAR EL SHUKRA ES GARANTÍA DE VITALIDAD
En el Tantra Yoga, uno debe esforzarse en controlar el Shukra o energía vital. Saber controlar dicha sustancia, se traducirá en mayor memoria, más concentración, así como en mayor creatividad y capacidades intuitivo-espirituales.
La forma más eficaz para controlar el Shukra, y por tanto beneficiarse del consecuente ectoplasma, es sin duda alguna la dieta vegetariana. La dieta que elimina los alimentos animales, es sin duda la que garantiza una correcta canalización de las energías más sutiles, mientras que las que incluyen alimentos animales (carnes, pescados, huevos...) o incluso ajos, cebollas y setas, son las que privan a nuestro organismo de beneficiarse de esas energías espirituales.
Aunque, si de verdad uno quiere establecerse en la sutilidad físico-espiritual, deberá controlar la canalización de la Linfa hacia planos más bajos. Cuando existe la indigestión o la exagerada actividad sexual, la mayor parte de la Linfa Vital es canalizada hacia esos planos, por lo que los plexos más altos no reciben suficiente cantidad de esa sutil energía.
También, podemos afirmar que la exagerada emisión seminal es causante de efectos no deseados. Estos efectos se notan tanto a nivel físico, con la pérdida de lustre en la piel o en las molestias musculares, cómo también a nivel psíquico, con la consecuente pérdida de concentración y claridad.
El ayuno es una forma muy eficaz de canalizar la energía vital hacia los plexos más altos, además es una técnica de control sexual. Cuando uno realiza ayunos periódicos (dos veces al mes), siente como su apetito sexual disminuye. En ningún caso uno debe renegar de la sexualidad, pues es una condición innata. Sin embargo, si podemos afirmar, que una excesiva actividad sexual, así como una exagerada canalización de actividad mental hacia el plano sexual, es un factor de riesgo para quienes buscan la espiritualidad o conexión con Dios.
Tu aparato digestivo lleva “trabajando” desde que naciste, y sufre en silencio, mientras por desgracia, se acostumbra a esa frenética actividad...
Dejar descansar a nuestro organismo, privándolo de alimentos sólidos y líquidos, es garantía de mejora. Los beneficios del ayuno se dan a todos los niveles, tanto en los físicos como en los psíquico-espirituales.
Cuando se realiza el ayuno, en sánscrito “Upavas'a”, uno siente cómo su cuerpo reacciona. Uno es capaz de sentir como su organismo está siendo purificado, así como también su mente, la cual actúa con mucha más claridad y eficacia.
PASOS A SEGUIR EN EL AYUNO
El ayuno debe realizarse siempre siguiendo a unas reglas, las cuales, además de facilitar el acto de ayunar, prevendrán posibles efectos adversos.
Uno no debe realizar ayuno hasta que alcanza la pubertad, pues en caso contrario, se estaría atentando contra el crecimiento y el correcto desarrollo del individuo. Tampoco es necesario que practiquen el ayuno las mujeres embarazadas, así cómo tampoco aquellas personas que están enfermas.
El ayuno de un día, empieza siempre la noche anterior al día específico del ayuno. Es decir, a partir de la cena, uno no debe ingerir más alimentos sólidos o líquidos. Y se termina con el desayuno del día siguiente. Es decir, uno debe ayunar desde la cena del día anterior, hasta el desayuno del día siguiente.
Consejos para realizar ayuno:
No comer en abundancia la noche anterior.
Beber abundante agua (el día anterior).
Seguir una alimentación pura y sutil (vegetariana)
Durante el día de ayuno NO realizar esfuerzos físicos exagerados.
Mantener la mente ocupada en actividades espirituales.
Durante el ayuno, evitar la tentación de comer o beber (evitando restaurantes, bares, la cocina...)
Tomar un segundo baño (es relajante y alivia la posible ansiedad)
Como romper el ayuno (el día siguiente en el desayuno):
Levántate pronto, entre las 4 y las 6 de la mañana.
Toma un baño o dúchate antes de desayunar.
Rompe el ayuno con 2 vasos de agua tibia con zumo de limón y una cucharadita de sal. Toma primero un vaso, sorbiendo la mezcla de forma pausada. Tras el primer vaso, levántate y camina por la estancia durante unos minutos. Pasados unos dos minutos, toma un segundo vaso de agua con sal y limón).
Después de haber bebido lentamente los dos vasos de agua con sal y limón, ingiere un plátano maduro. Asegúrate de que no esté verde. Come despacio.
Tras el plátano, espera un buen rato antes de desayunar (40 minutos-1 hora).
En cuanto haya transcurrido una hora, desayuna. Es mejor seguir con más fruta, así cómo yogur y cereales.
No es recomendable ingerir alimentos “pesados” justo después del ayuno, pues éste no habría servido de nada.
Durante el día siguiente al ayuno, bebe agua en abundancia.
La forma en que uno “rompe” el ayuno es crucial, pues de ello dependerá que obtengamos o no los beneficios del ayuno.
Uno jamás debe beber los dos vasos de agua con sal y limón de forma precipitada, pues sería perjudicial para su salud. Así como tampoco desayunar de forma exagerada o ingerir alimentos demasiado pesados o no vegetarianos, pues el organismo se encuentra en un punto delicado.
*Los mejores días para realizar ayuno son sin duda durante la Luna Nueva y Luna Llena, así como once días después de cada una de ellas. Durante estos días, la atracción lunar es mayor, por lo que los líquidos en nuestro interior tienden a subir, provocando molestias físicas y psíquicas. El ayuno contrarresta en gran medida este perjudicial efecto...
CONCLUSIÓN
El ayuno es la mejor forma de canalizar la energía vital o Shukra, hacia los plexos más altos, y por tanto, facilitar la formación del ectoplasma vital.
Para ello, uno debe seguir siempre una alimentación vegetariana, así como establecer un auto-control sobre la actividad sexual.
“El que controla su mente será victorioso, pues ésta se sutilizará de tal forma, que también lo hará su cuerpo. Por ende, la espiritualidad llamará a su puerta, y hará del individuo, no sólo un hombre mejor, si no un verdadero Dios”
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